Juan Herbello, Papá.

Lo perdí cuando era muy niña, apenas nueve años, pero su recuerdo se mantiene fresco...como si jamás se hubiera ido.

Si Juan Herbello tuvo un enemigo, nunca lo supe. Como lo perdí siendo tan niña me ayudaron a conocerlo mejor las piezas del rompecabezas que la gente, con la que tuvo contacto, me daba. No era que yo preguntara. Ellos solos me contaban sus anécdotas tan pronto sabían que yo era su hija.

-"Oh! Tú eres la hija de Juan Herbello? Me dijo una vez el papá de una companerita de la escuela.- Hace muchos años, cuando yo llegué a Venezuela, tu padre, sin conocerme, sólo porque era un cubano desorientado, me tendió la mano y me ayudó a encaminarme.

Esa es un comentario que me impresionó mucho, porque aún estaba muy fresca la herida y porque venia de un hombre totalmente desconocido para mi.

Pero no fue el único. A través de los años tuve muchos encuentros con personas desconocidas que se habían tropezado con mi padre en algún momento de sus vidas y él había dejado una huella imborrable en ellas, ya fuera por un gesto humano, por un ayuda, o por una anécdota cargada de humor y originalidad.

Los amigos de papá lloraban como niños cuando el se fue. Hombres grandes, hechos y derechos que venían a casa a darnos vueltas, a ofrecernos su protección y nos contaban sus historias, siempre alegres porque papá le ponía humor a todas las situaciones.

Yo me sentía tan orgullosa!

A pesar que papá se fue muy pronto de nuestras vidas, él no perdió un minuto de tiempo en darnos alegria, diversión y educación.
Nos hacia cuentos todas las noches. Siempre era un cuento de aventuras y luego una canción improvisada.
En sus maravillosas aventuras siempre nos incluia a mi hermana y a mi, como en Las Aventuras de Rocambole y el Hombre Mosca en las que mi hermana y yo éramos Lupita y Nenita, las novias de estos superhéroes. Comenzaba su historia, que nosotras interrumpíamos cuarenta veces, pero él seguía, paciente, y luego la dejaba en el mejor momento para continuar al día siguiente. Nosotras protestábamos y entonces él terminaba la sesión cantándonos una canción improvisada, casi siempre con la melodía de algún tema famoso, que en aquel momento nosotros no conocíamos.

Así fue como nos hizo tan familiar y querido un tema que se llama Molino Rojo, cuya melodía él usaba para cantarnos la canción del Elefante Tantor, que cayó en una trampa...

Un día tantor
se cayó en una trampa
y vio con horror
que era la trampa de un cazador

Enseguida se puso a gritar
para ver si lo venían a salvar

Tata..,,,!Aspari....!
Sálvenme por favor
que me he caído en la trampa
de un Cazador...l

Tata y Aspari éramos Tatiana y yo, pero esa canción seguía e incluía a nuestros sobrinos (los hijos de nuestra hermana Chavela que eran de nuestra misma edad) y también cualquier amiguita que estuviera en ese momento presente.
En sus cuentos y canciones siempre incluia a nuestros amiguitos o si no les hacía una cancioncita a ellos también, como aquella que le hizo a mi amiga Lulu.

Y quien es usted
me llamo Lulú
Y dónde está usted
Haciendo pupú...

Yo se que Lulú nunca ha olvidado esa canción.

Un día que fuimos al zoológico de la La Habana y vimos al león flacuchento que había allí, él nos cambió la imagen con una cancioncita que nos hizo recordar al león aquel como el mas lindo y noble animal que hubiese existido, El León de Damasco:

Al León de Damasco
al León de Damasco
le da asco, le da asco ser león.
Porque es un león valiente
un león inteligente
que no se come a la gente
ni le gusta ser león.

AL León de Damasco.

Al León de Damasco
Le da asco, le da asco ser león.

También le gustaba poner nombres. A mi me puso: La Negra, Aspari, Asparuri. Eso era a nivel individual. Cuando estaba aprendiendo frances. a mi hermana y a mi nos puso Pocholé Moplé y Pocholito Plito, y luego muchos otros.

A Roli, mi sobrino mayor, le puso Rolinete. A Juan Ignacio, el mediano, le puso Chilinacho, y a Raúl, el mas pequeño, le puso Tutú...nombres que no se han podido quitar nunca.

A todos esos niños, nuestros sobrinos, nuestros amiguitos y en especial a mi hermana y a mi nos hizo la vida tan feliz, tan cargada de hermosa fantasía, tan salpicada de su humor fresco; nos dio tanto amor, tanta protección, nos enseñó tan buenos valores, mezclados siempre con cuentos y canciones para que no parecieran lecciones aburridas, nos entregó tanto, tanto en ese corto tiempo, que su huella quedó indeleble en nuestros corazones y nuestras vidas marcadas para siempre con su hermoso legado.

Papá nació en Matanzas, Cuba, un 3 de septiembre. Murió joven. Iba a cumplir 52 años. La primera explicación que me dieron del motivo de su muerte fue que tenía un corazón muy grande para su cavidad. Yo creo que era exactamente así, porque él tuvo una intensa corta vida en la que repartió generosamente amor, cariño, alegría y amistad, consuelo, apoyo, ternura y todo buen sentimiento. Su corazón tenía que ser muy grande.

Escribió para la radio y la televisión de Cuba, Venezuela y Puerto Rico. En los años cuarenta, escribió un delicioso programa radial titulado El Alma de Las Cosas, que a más de medio siglo aún la gente recuerda. También escribió el espectáculo musical más recordado por el exilio, presentado en el legendario cabaret Montmartre en la La Hababa y titulado El Solar, y en el que participó una constelación de estrellas cubanas tales como Guillermo Alvarez Guedes, Rosendo Rosell, Zoila Perez,Luis Carbonell, Benny Moré y muchos más.

Juan Herbello, era periodista, escritor, poeta, publicista, amigo y un papá de esos que una hija jamás podra olvidar.