Thursday, April 30, 2009

Frank Delgado - la isla puta

Frank Delgado en La Casa de las Américas

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Wednesday, April 29, 2009

Cagazonis Mundialis



Sigue la gripe porcina

Esparciéndose en el mundo,

Mas víctimas por Segundo

Infecta la muy dañina,

Y North Korea vaticina,

Si no retiran la ofensa

De la ONU, que se piensa

Lanzar al próximo chance,

Missiles de largo alcance

Para su propia defensa.


En Nicaragua también

Otra epidemia se encara

De una enfermedad muy rara

Que no se conoce bien,

Pero seguros esten,

Amigos, que todo pasa,

Si ya perdiste la casa

Y quedaste sin trabajo

Tíralo todo a relajo,

Que la vida es una guasa.
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Tuesday, April 28, 2009

Noticias Curiosas


Waco, Texas, Sucedió en esta semana


Cinco hombres compartían

En habitación de hotel

Un delicioso pastel

En la cena que tenían.

Cuatro de ellos no sabían

que al quinto le cayó un poco

pesado, el pastel de coco

y así estando muy contentos

empezó a tirarse vientos

Malolientes como loco.


Uno de ellos no aguantó

Le pareció rudo y feo

Que éste se tirase un peo

Y allá fue y lo apuñaló.

Gracias que no lo mató,

pero desde ahora se espera

que si con otros comiera

y sienta un dolor de repente,

se disculpe cortésmente

y suelte su bomba afuera



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Monday, April 27, 2009

Adam Lambert, the New King

Comparto el entusiasmo de miles de personas con este muchacho, que está acaparando la atención del público y los jueces por igual, en America Idol esta temporada. Desde la primera vez que lo oi (hace tres semanas) me quedé pasmada. El alcance de su voz no tiene límites. Va de un tono bajo a un tono alto sin el menor esfuerzo y sin perder ni un instante la nitidez de su voz. Tiene mucha experiencia en escena porque lleva años cantando musicales de teatro. Es un profesional en todo el sentido de la palabra. Pero American Idol le da exposición a una audiencia gigante, de manera que el resto del mundo pueda apreciar su enorme talento. Lo felicito y le auguro grandes triunfos.
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Top 8 Adam Lambert Mad World STUDIO RECORDING Full Version

Truly Talented Adam Lambert

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Tuesday, April 21, 2009

Noticias de Actualidad


Qué horror lo de los Caballos,
Esos animales nobles
Bellos, fuertes como robles,
Como han muerto por un fallo,
Aunque misterioso hallo
Este espantoso incidente,
Hasta el momento presente
no han podido detectar
algo que pueda mostrar
que no fuera un accidente.

Pero no ha sido accidente
Y en esto mucho me fijo
Que Lugo tenga otro hijo
De otra chica adolescente.
Sabe Dios de cuánta gente
Le saldrá de pronto un fruto
Pues no tuvo en lo absoluto
Mínimo control ni freno
De entregarse al desenfreno
El curita disoluto.
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Friday, April 17, 2009

La Herencia de Macumba


Continúa La Herencia de Macumba. No se pierda el capítulo XVII Patricio Bartolo, el hijo de La Cordobesa.
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Wednesday, April 15, 2009

Belly...La Recuperación

Dolly jugando en el patio casi recuperada del todo.


Rolly chismoseando

El médico me dijo que iba a tener que mimar a Dolly y darle comidita de bebé y atenderla como un baby por lo menos por dos semanas.

Los primeros cuatro días fueron muy malos para ella. Y para mi. Pero por suerte ella comía por lo menos una vez al día, lo cual me facilitaba darle la medicina: un antibiótico y una pastilla para el dolor. También le mandaron un tubo que contiene un pasta que parece melaza. Me dijo el médico que tratara de ponerle con el dedo mismo un poco de eso en la boca, para que ella lamiera porque necesitaba mantener el azúcar en un nivel normal.

Durante esos días la cargué siempre por la noche para que se acomodara sobre mi y durmiera un rato en mis brazos. Rolly también se subía al sofá, algo que tienen las dos prohibido en circunstancias normales. Las pastillas se las trituraba y mezclaba con la comida. A veces no se comía la comida, y tenâa que volver a triturar pastillas y mezclarlas con la melaza y ponérsela en la boca, a regañadientes.

Tampoco podía bañarla. Al menos por una semana o 10 días. Me preocupaba que no la veía tomar o agua. Comía la papilla, pero no tomaba agua, o al menos yo no la veía tomando. Pero buen apetito tenía.

El quinto día noté que estaba mucho mejor. Venía a buscar comida. Andaba más despierta y se movía más rápido. Me dio mucha satisfacción verla asi. Al sexto día las saqué a caminar un rato. Se cansaron, sacaron la lengua. Y cuando entraron fueron las dos directo para el agua y tomaron bastante. Mi perrita esté sanando bien, gracias a Dios.

Hoy las bañe. Hace diez días que se operó, pero ya el cambio es muy notable. Después del baño las llevé conmigo a dar un paseo en el carro. Llevamos a mi hija al trabajo.
En el camino mi hija manejó y yo estaba con ellas dos encima, sujetándolas para que se asomaran por la ventana. Ella disfrutó el paseo, sacó la cabeza, cogió aire y cuando llegamos a casa corrió otra vez a tomar agua. Durante el regreso bostezó un par de veces abriendo la boca a todo lo que da, algo que hace un par de días no podía hacer. Pude ver su mandíbula, parece normal. Todavía le desmenuzo la comida para que no tenga que hacer esfuerzo masticando. Pero ya come su comida normal.

En cuatro semanas y media tenemos que volver al médico para que le quiten el alambre con el que le arreglaron la quijada. Pero, gracias a Dios, se está recuperando muy bien.

Y Belly ya está en su casa nueva. Los muchachos finalmente se mudaron a un lugar donde la pueden tener. Me alegro por ellos. A veces yo la extraño un poco. Pero Rolly y Dolly, no quieren saber nada de ella.

Belly en su nueva casa



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Sunday, April 12, 2009

Belly...La Marcha

El osito de Belly


Llegué a la casa y a toda carrera salí al patio a buscar a Rolly. De pronto veía a Belly con otros ojos. Ya no la veia como la perrita juguetona, tumbalotodo y pisa y empuja, que tanta gracia me hacía. De pronto la vi como una animal peligroso, capaz de lastimar a alguien muy querido, incluso a mi.

Salí al patio y cargué a Rolly antes que todo. Desde ese momento no podían estar una al lado de la otra nunca más. Quise cerrar la puerta antes que Belly entrara pero que va, ella me empujá a mí y entró. Yo encerré a Rolly en la jaula para lidiar con Belly.

Salga para afuera! Le dije. Ella no me hizo caso. Totalmente rebelada. Quizá estaba nerviosa, presintiendo que algo malo había pasado. No culpo a Belly por hacer lo que hacen los perros.
Llamé a Kheyla y Guillerme. Ya estoy aquí. Vengan a buscarla.

Vinieron enseguida, a pesar que viven lejos de aquí. Estaban apenados. Siempre se habían mostrado muy agradecidos de que nos quedáramos con Belly y la cuidáramos con tanto cariño. Ellos la quieren mucho y no querían deshacerse de ella .

De todas formas ya ellos estaban a sólo unos días de mudarse para un lugar donde la podrían tener. Faltaban apenas 15 días para eso.

Para sacar a Belly al patio de nuevo tuve que darle comida. Con eso si que ella iba al fin del mundo. Comía cantidad. Siempre se comia su comida, dos veces al dia, y luego entraba como una tromba a ver qué habian dejado las chiquitas para comérselo ella. Y limpiaba los platicos de Rolly y Dolly.

Le di solo un poco para que no vomitara en el camino a su casa.
Cuando se la llevaron llore también. Pero no se si por el cariño que le había tomado, por el alivio de que se fuera, por el dolor que me causaba que Dolly hubiese pagado las consecuencias…pero lloré y lloré más esa noche después que traje a Dolly, medio anestesiada, abatida por el dolor y todo lo que había pasado y aun traumatizada y escondiéndose por temor a ver salir a Belly en cualquier momento.

LA RECUPERACION

CONTINUARA
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Saturday, April 11, 2009

Accidente en el Dolphin Expressway hacia el Oeste




Eran las 3 y algo de la tarde. Me subí en el expressway en la 57 avenida e inmediatamente me di cuenta de mi error. Estaban repletas todas las carrileras y los carros apenas se movían. Tiene que haber pasado algo, pensé. Pues si. Como media hora después, a pasito lento llegamos a la escena del accidente. Impresionante. Lamentable.

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La Madre de los Tomates


Estoy feliz porque hace unos diez días sembré unas semillitas de tomate y antier descubrí con sopresa que me había nacido una matica. Hoy resulta que tiene unas cuantas maticas más. Cuando esten fuertes las voy a transplatar a una maceta, y pronto trendremos tomates, de esos lindos redonditos cuyo precio me parece excesivo en el supermercado, y más viendo lo rápido y fácil que se dan.

Tambien sembré semillas de cilantro, que ya también comenzaron a echar hojitas; sembré papaya, pero no ha salido nada, y puse a germinar semillas de aji verde, rojo y amarillo, pero ninguna de esas ha germinado. Creo que lo hice mal. Si en tres dias mas no ha pasado nada lo vuelvo hacer.

Para fertilizar estas plantas de paso estoy haciendo mi propio fertilizante. Todo esto lo aprendí buscando información en el internet.
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Friday, April 10, 2009

Belly...El Diagnóstico






Dolly convalesciente

El sábado después de dejar a mi hija en su trabajo, regrese a la casa, saqué para el patio a Belly y a Rolly y me lleve a Dolly para el veterinario.

Como no tenía turno tuve que esperar cantidad, posiblemente más de una hora. Todo ese tiempo tenía a Dolly cargada y ella estaba tranquila, dejándose mimar y acariciar. Yo me sentía culpable de no haber ido el día anterior y me sentía inquieta. Algunos pensamientos sombríos cruzaban mi mente. “Será algo malo?”

Por fin me entraron. Aun tuve que esperar un rato mas hasta que el médico se desocupara de su paciente anterior, cuya dueña no paraba de hablar.

Al fin entró Gomara, que así se llama el médico y es el veterinario de mis perros por más de 10 años. Me saludó y me preguntó qué le pasaba a la perrita. Le dije que no sabía lo que había pasado, pero que me parecía que tenía un diente partido por un hueso que yo le había dado. El, con mucha habilidad, le agarró la boca y la abró delante de mi.

Oh my god! –Fue su exclamación. – Tiene la quijada partida.

Las piernas me temblaron. Se me apretó el corazón, se me llenaron los ojos de lágrimas.

Belly! Tiene que haber sido Belly.

Rápidamente el médico ordeno a uno de sus asistentes que le pusiera una inyección para dormirla y poderla examinar bien. En un segundo la perra cayó inerme. Me sorprendió la rapidez del efecto. El doctor le abrio bien la boca y la expresion de su rostro era alarmante. Esperate un segundo, me dijo. Dejame pensar lo que vamos a hacer.

Tomaron a la Dolly y la llevaron para el cuarto de atrás. Gomara llamo al otro medico de su oficina para que le diera su opinión. Yo permanecí sentada, llorando desconsoladamente y culpándome sin cesar por no haberme dado cuenta de lo que estaba pasando a tiempo. En ese momento empecé a atar todos los cabos. Últimamente Dolly se escondía de Belly. Ya no quería jugar, tenia miedo. Pero Belly no dejaba de perseguirla y yo veía aquello y seguía pensando que Belly no le iba a hacer daño. Me dolía el corazón de pensar que Dolly habia estado un dia y medio sufriendo ese dolor horrible. Todavia se me estruja, todavía lloro, todavía quiero entrarme a palos.

Unos minutos después Gomara salio y me dijo:

-Voy a serte franco.

Me paralicé. Pensé que iba a decirme que había que ponerla a dormir porque eso no tenia arreglo.

-Tiene la madibula partida en tres pedazos. Si la llevas a un ortopedico te la van a curar muy bien, pero te va a costar entre 2000 y 3000 dolares. Yo no soy ortopedico pero puedo operarla y tengo los alambres necesarios para arreglarle su mandibula y la diferencia de costo es sustancial.

Yo estaba muy aliviada de que no fuera lo que pensé al momento.

-Cuanto me cobras tu?- le dije

-Doscientos ochenta.

-Dale. Yo se que tu se lo vas a hacer muy bien.

El se fue de inmediato para el cuartito y en ese momento comenzó la operación.

Yo me quedé llorando en el cuarto de examinación, pero a la vez aliviada porque hubiese una solución.

De pronto me entró temblor de nuevo. La Rolly estaba en el patio de la casa sola con Belly. Ay Dios mío! Que no me le vaya a hacer nada. Acto seguido llame al dueño de Belly. Le dije lo que había pasado y que necesitaba que se llevaran a Belly porque yo no podía llevar la perra convaleciente para la casa estando la troglodita allí. El comprendió enseguida. Yo le dije que no había nadie ahora en casa pero que en cuanto yo llegara lo llamaba.

Al rato el médico salió y me dijo que había salido muy bien. Que me fuera para la casa y regresara a las cinco a buscarla y luego él me daba todas las explicaciones y las medicinas para la convalecencia.

Me fui corriendo a casa pensando en Rolly. El médico me dijo que eso tenía que haber sido un golpe y fuerte. Nada de huesitos. Le conté que tenía una perra grande en la casa y que seguro ella la había atacado o algo. Me dijo que si la perra pesaba más de 50 libras no debía estar con las pequeñas. Imagínate…Belly 50 libras! Si casi pesa lo mismo que yo. Dios mío! Que peligro tan grande para mis dos perritas!

LA MARCHA DE BELLY.

CONTINUACION

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Thursday, April 9, 2009

La Gripe


Tengo gripe. Ese muermo que anda por ahí atacando mortales sin distinción de edad, sexo o religión. Lo había pasado mi hija, mi comadre, la amiga Betty, y yo las miraba compasiva, pensando,”menos mal que a mi esas cosas no me entran”. En realidad hacía años que no me agarraba una gripe. Ya me creía immune.

Durante algún estornudo de mi hija probablemente, quien lo pasó hace apenas tres o cuatro semanas, el germen volando sobre mi espacio se introdujo en mi organismo a la primera inhalación, agazapándose en algún rinconcito para nutrirse y fortalecerse y luego aparecer triunfante e indestructible.

No importa lo que tomes, Tylenol cold, miel con limón, cocimiento de ron con limón entero y miel (el más recomendado),Teraflu, etc., el muermo permanence al menos durante siete días…(a algunos les dura más) haciéndote sentir miserable.

El dolorcito y carraspera en la garganta se me alivió (tengo que reconocer) con gárgaras de agua tibia con sal.

Gracias que no tengo trabajo y puedo descansar y dormitar y hacer las cosas que tengo que hacer con calma y si puedo…porque “toy enfelma”. Mi hija que me haga juguito de naranja y me mime un poco que bastante la mimo yo a ella.

Hoy hace cuatro días que amanecí enferma. Creo que estoy mejorando un poco. Veremos cuánto me dura.
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Wednesday, April 8, 2009

El gran poema. Por René Ariza

(Una perla de René que encontré entre mis recuerdos)




No tenía lápiz ni papel y estaba loco con mi poema. Loco con mi poemón, mi poemazo (me parecía genial). Salía de mi cabeza volando y lo agarraba: “ otra vez a tu jaula, no hay lápiz. Ni papel”. Depués lo supe. Gutenberg le dio su propia explicación: nunca es lo mismo verlo, centradito, en medio de una página. Me acordé de mi amigo el inventor cuando vi los periódicos, todo el mundo tenía el suyo en las manos: “Más de ciencuenta mil muertos”. Tanto tanto periódico y tanta gente me hizo tener la absurda idea de que aquello era absurdo: pues para qué hacía falta que cada uno tuviera, pudiendo leer el de otro. Al menos yo podía: “Pasan de cuatrocientos mil los heridos”. El poema no me soltaba el cráneo, cada vez crecía más, ya no cabía. Me acordaba de todo, de la primera línea hasta la última, pero podría perderlo si no conseguía pronto un lápiz, un papel. “Incalculables pérdidas”. “Montones de personas quedaron atrapados bajo las ruinas”. La última línea había quedado al centro. Clamaba por el punto final, que iba a aliviarme porque así tendría tiempo de llegar a mi casa. Y esta vez si que no me distraería. Ni siquiera en la guagua, como la vez aquella. Lo traía perfecto, como una melodía de las más pegajosas, pero en la guagua un hombre con un niño de tres o cuatro años, como el chofer no le paró, ahí mismo en el estribo (quizás para vengarse el chofer, pues todo el mundo sabe que eso está prohibido), encendió un cigarillo, y el tipo aquel que estaba jamoneando a la muchacha aquella, se encendió como el fósforo, explotó como el fósforo en el gas, y le cantó las mil y las cuarenta y luego el militar, muy jovencito, pues para algo estaba allí, y lo pusieron verde y se bajaron con el hombre del niño y yo creía que lo iban a matar porque el militarcito sacó el revolver y el jamonero le agarró la mano para que no se fuera a disparar, el caso fue que cuando se llevaron al hombre que lloraba, o casi, a la estación y al niño que gritaba: por haberme bajado yo también, de curioso que soy, se me olvidó el poemón. Mi poemazo, cuando lo fui a escribir, fue un verdadero picotillo humano. Y esta vez si que no, pues como yo no soy de los que puedo sentarme ya con todo alrededor y escribir (tengo la mala suerte de que viene cuando estoy lejos y no tengo encima nada con qué), así mismo, por cosas como ésa: como cuando ahí frente al edificio donde están los becados de medicina, un grupo (debían, por las edades, ser del último año) jugaban con aquel retrasado mental, que parecía ademas hermafrodita, y le metían el dedo en el fondillo y él chillaba en su idioma que le dejaran ir, que ya no más, o cuando me encontré al pie de la escalera que conduce al piso en que yo vivo (era de madrugada y yo corría con un poema ya deshilachándose) aquel niño dormido, desnudo, sucio, el hijo de mi vecina, que (lo supe al otro día) castiga así a sus hijos, y por pararme a contemplarlo, como al viejo que…bueno, por cosas como ésas, había perdido un poemario buenísimo, treinta o cuarenta poemas redondos, excelentes.

La gente disfrutaba su periódico una barbaridad: “Debajo de las ruinas, los cadáveres insepultos infectan el aire, multiplicánse más las epidemias,” pero ahora mi objetivo era llegar, sin la menor interrupción, a casa, y ponerme a escribir. Aparte que hacía rato que me dolía un poquito la barriga, pero no, de eso nada, si me ponía a buscar un lugar por lo menos decente y agradable, perdería mi poema. De todos modos, yo mecánicamente, o por aquello de guardarlo y luego leerme lo del desastre, o a lo mejor porque pensaba que alguien me prestaría un lápiz y en los bordes…o puede ser mejor, yo creo que fue por eso: porque arreció el dolor, me decidí a comprar yo también el periódico. Pero el tipo que más apropiado se me hizo, cuando le pregunté, me dijo que lo habían vendido por allí, “por aquí mismo, sí, pero esta mañana”. Creí que era mentira, proque la gente se afanaba tanto leyendo su periódico como si todavía estuviera “calientico”. Ya para esos momentos se me estaba olvidando el final del poema. Vi una cola y me puse, fue por pura intuición, le pregunté al de atrás para qué era y el viejo casi me insultó: “que como era posible, que qué se yo, tan joven, que la gente quería saber detalles por un problema de conciencia”. Pero antes de avanzar ni cuatro pasos, aquello se deshizo, Mi poema, a esas horas, se disgregaba ya, como la cola, perdía verso tras verso. Se me ocurrió seguir al viejo que seguro, saldría inmediatamente en busca del periódico, así hubiera que ir al fin el mundo. Vi que, al doblar la esquina, corrió (no era tan viejo), como un atleta casi, hacía otra cola, pero muy pronto me di cuenta que era la del café. Decepcionado y deprimido, habiendo perdido mi poema, me lance a la tarea de encontrar un servicio. Fue difícil. Cada vez que veía el letrero de “Roto” o la montaña de cajones puestos contra la puerta (como para evitar que hubiera dudas) me entraban más deseos. Mandé al carajo el poema, me di cuenta que no era imprescindible para mí, ni tan bueno como pensé al principio. Ahora comprendía la importancia de haber llegado a tiempo a comprar el periódico, de qué modo si no me iba a limpiar. Dando vueltas había llegado al mismo sitio donde, por la mañana, estuvo el vendedor, vi al tipo al cual le pregunté (me di cuenta que no me había engañado, pues todos los periódicos estaban arrugados, no eran nuevos). Pregunté (con cuidado que no me fuera a oír el anterior) a otro que dónde estaban vendiéndolo (va y me lo regala, si ya lo había acabado) pero dijo lo mismo que el primero y ahora sin levantar los ojos de la plana. Pero le rogaría, le explicaría a alguien que lo tuviera, la vital importancia que tenía para mí. Aunque veía a la gente tan enfrascada, tan entusiasmada con la lectura, me veía a mi mismo, ya temblando, ya verde (seguro estaba verde) del deseo, de la necesidad, que me aterroricé. Aunque no lo explicara, se daría cuenta, y nadie, aunque no lo quisiera, iba a quererlo dar para que uno se limpiara las nalgas con tantos muertos. Entonces empecé a buscar un inodoro, sin preocuparme de qué haría después. Y lo encontré, La gente se apartó al ver como venía. Vi movimientos rápidos de manos, de poses y de señas, alguien salió, Seguro la mirada que yo le eché apuró al que estaba en la taza.

Fue un alivio tan grande, que no hubiera cambiado mi poemario, ni nada, ni la obra de arte más rotunda de la historia por aquel momento. Desde mi puesto veía (ya estaba solo) cuántas inscripciones, cuántos dibujos, versos pornográficos y lemas de toda índole había en la pared. Y cuando terminé, que mi mente otra vez se puso en orden, comprendí, sólo entonces mi estúpida idiotez por no quitarle el dichoso periódico a cualquiera, fue cuando vi que no tenía ni siquiera pañuelo, que de tanto papel, en tal estado lleno de porquería, no era ninguno aprovechable, y nada me importó, Y lo hice con mi mano, con la mano que hacía como diez años no escribía un maldito poema, con la mano.
Y la mano, solita, eso lo puedo jurar y asegurar, fue a la pared, primero para limpiarse ella a su vez, y luego para escribir, (debo reconocer que sentí asco, que me sentí aplastado, destruido, miserable, para escribir allí (aunque ya lo olvidé, ni sé de qué se trataba, mi único poema.




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Monday, April 6, 2009

Belly. El Juego Peligroso (cont)

Dolly


Belly, la adulta, desarrollo un interés por jugar con Dolly. Al principio yo me asustaba pero luego noté que Dolly no le huía, sino que la dejaba. Siempre que la veia retozando con Dolly yo le decía: “ya Belly, déjala”, porque a pesar de todo me daba miedo.


Yo pensaba que seguro le gustaba jugar con Dolly porque Dolly era más fuerte que Rolly. Rolly, la yorkie, sólo pesa seis libras, y es muy rápida esquivando. Pasaba volando por entre las patas de Belly cuando esta se atravesaba en el camino. Más de una vez pensé que me la podia aplastar con una sola pata, pero confiaba en la habilidad de Rolly para escabullirse. Mas bien tenia que regañar yo a Rolly porque le fajaba a Belly y saltaba para morderle la cara. No que Belly se dejara morder, pero le seguía el juego. A veces se ponían las tres insoportables y me sacaban un poco de quisio. Belly queriendo jugar con ellas, ellas mordiéndola y ladrando y todo alrededor mío, mientra yo cocinaba.


Rolly


Un día note que Dolly había encontrado un lugar nuevo para estar. Debajo del coffee table, alli donde Belly no la podia agarrar. Humm, parece que ya no le gusta jugar con Belly. Los juegos de la perra grande se estaban tornando un poco peligrosos. Aun yo no podía pensar que Belly le hiciera daño a Dolly o a Rolly. “Ella sólo esta jugando”, pensaba.


El jueves de la semana antes pasada yo tenia que salir por la noche. Después de darles la comida las puse a las tres en el cuartito. Ellas solían quedarse tranquilas allí hasta que yo llegara. Mi hija estaba en la casa pero dormía. Yo pensé que cuando se levantara las dejaría salir del cuartito, porque estando alguien en la casa podían andar sueltas. Yo no cerraba la puerta del cuartito, sino que les ponía la cerca.

Regresé como a las once y allí estaban todavía. Mi hija estaba mirando la TV y la regañé un poco porque no haberlas sacado. Salieron las tres y yo para darles un poco de coba por haber estado tanto rato en el cuartito, tomé una manzana y la corté en pedacitos para dárselos a las tres, como hacia siempre con manzanas o zanahorias.

Vino Belly y vino Rolly y les di su pedacito, pero cuando fui a ofrecerle a Dolly, que estaba escondida bajo los pies de nosotros, la noté extraña. Tenia la mirada humeda, temblaba un poco y cuando me acerqué noté que tenía un poco de sangre en la boca y se le veia un diente un poco raro. Dios mio, que te pasa Dolly? La mire bien pero no pude tocarle la boca, no se dejaba. Enseguida pense que se habia roto un diente por culpa de unos huesos plásticos de esos que venden para los perros, que yo les había dado ese dia. Y es que les había dado dos a cada una, porque los desaparecen como nada. Quizas se me fue la mano con los huesitos, pensé.

Me quedé acariciando a Dolly hasta tarde y ella pareció calmarse. Mañana veremos que es eso, pensé. Al acostarme la llevé para su camita, la tapé con una colchita porque parecía con frío y me fui a acostar rezando que no fuera nada grave, porque honestamente, no tenía como afrontar ese gasto.

Al día siguiente estuve observándola, pero no la llevé todavía. Ya no tenia sangre en la boca, pero el diente raro seguia a la vista. Por la mañana le hice una papilla, porque me di cuenta que no podía comer y pensé que con el diente partido no podía masticar. Con mucho trabajo se comió la papilla, lo cual me pareció un signo de mejoramiento. Si tiene hambre y come se sentirá mejor, pensé. Se mantuvo todo el tiempo acostada,. No dejé que Belly se le acercara porque sabía que Dolly no estaba para juegos, Rolly le fajaba a Belly a cada rato y yo me sentía muy inquieta y llamé a Ritica para que viniera a ver a Rolly pues ella tiene un perro al que siempre ha curado ella misma cuando se le presenta cualquier cosa y el perro tiene once años y la energía y postura de un teenager.

Por la noche Dolly no pudo comer. Nada. Me di cuenta que tenía dolor. Movia la cabeza de un modo raro y seguía tiradita y escondiéndose de Belly todo el tiempo debajo de la mesa. Mañana la llevo al veterianario y que sea lo que dios quiera.

EL DIAGNOSTICO
CONTINUARA
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Saturday, April 4, 2009

Fotos del Día (Complaciendo Peticiones)

Esta mañana, en el estacionamiento de un shopping, sorprendí a este pajarito en una actividad curiosa

Volaba de un carro, a otro carro buscando...

Mirarse en el Espejo...! je je...



O es un pájaro vanidoso, o creía que la imagen era otro pájaro...porque le daba con el pico.
Pinche la imagen para verla mejor. No pude acercarme mucho porque salía volando.
Fotos del Día (Complaciendo Peticiones)SocialTwist Tell-a-Friend

Friday, April 3, 2009

Belly Crece...(Cont)

Belly y yo jugando en el suelo



Después de cómo tres semanas sin verla, un día llegaron los dueños de Belly y los dos exclamaron , “Wow! Como ha crecido!

Me fije bien y era verdad. Yo no me había percatado porque la veía todos los días, pero si, Belly estaba enorme ya. Hacia casi tres meses que estaba conmigo. Cumplió el año en enero y ya estabamos en febrero. Yo la tenia desde diciembre.

Noté que su cara había cambiado. Ya tenía cara de perro adulto y esa mirada penetrante que paraliza, que tienen los rottwailers. Alguna que otra vez nos miramos fijamente y sentí miedo, aunque no bajé la vista para que ella no lo notara.

Cuando jugábamos a la pelota, yo la lanzaba y ella salía corriendo a buscarla y luego me la traía pero no la soltaba. Yo tenía que sacársela de la boca. Ella la apretaba entre sus dientes y yo halaba y halaba hasta que la soltaba. A veces pensé, “un día me va a llevar la mano”, pero seguía jugando con ella. Eran pensamientos fugaces. Belly era una perra grande, pero buenaza.

La diversión de las tres perras cuando estaban en el patio era ladrarle al perro vecino. Y él lo mismo. Parecía que se iban a comer unos a otros. En realidad más ladraban Rolly y Dolly y el perro vecino. Belly no ladraba mucho… ella mas bien gruñía y corría de un lado a otro. Lo mismo que cuando alguien pasaba por la acera, al otro lado de la cerca del patio. Yo pensaba, “esta va a ser de las que muerde y no ladra”.


El Perro Vecino

Belly me daba trabajo. Tenía que limpiar la casa todos los días, o al menos barrer o pasar la aspiradora, porque la cantidad de pelos que suelta es extraordinaria. Son pelos que parecen agujas finas. Como pasaba gran parte del día en el patio, se llenaba de tierra. Cada vez que entraba traía polvo y tierra. Por suerte nunca hizo más que una que otra orinada adentro, cuando estaba enferma, porque realmente estaba acostumbrada a salir para hacerlo. Eso si, el patio se llenó de sus saludables desechos, y la brisa del invierno perfumaba el aire en el patio constantemente con el aroma de sus intestinos.

Tenía el patio hecho un asco. Acabó con los sofacitos. No sólo porque se encaramaba en ellos sino porque le dio por sacarles la guata. Se enfangaba las patas con la tierra mojada porque el patio tiene regadío, y todos los días a eso de las cinco se disparan. Ella metía sus patazas en la parte mojada y luego manchaba de fango todo el cemento de la terraza.

Cada vez que ella se iba a bañar yo le daba una baldeada al patio. Pero no se podía estar mucho a fuera por el aroma que ya les conté. Más de una vez me propuse recoger todos los desechos y ponerlos en una bolsa y botarlos en la basura. Pero desistí porque por muy envueltos que los puse, en tres o cuatro bolsas, el latón de basura agarraba una peste que no había quien lo abriera. Dejé que siguieran abonando el patio. Y el patio quedó para ella, porque ni hablar de una reunión allí, ni de salir con la computadora a trabajar respirando aire puro…

EL JUEGO PELIGROSO
Continuará

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Thursday, April 2, 2009

Belly...(cont)

Belly con Khayla, su auténtica dueña

COAGULOS DE SANGRE EN EL ORINE DE BELLY
Una semana después de llegar a mi casa, cuando voy a sacarlas del cuartito por la mañana para que salieran al patio a hacer sus necesidades, encuentro que Belly se había orinado abundantemente en el cuarto, con un olor fortísimo y además, sangre. Llamé enseguida a sus dueños para comunicarles que Belly estaba orinando sangre.

Vinieron a buscarla y la llevaron al veterinario. Kheyla me contó que Belly, de pequeñita, había tenido un problema de infección urinaria y que seguramente era eso otra vez. La llevaron al vet y efectivamente, tenía tremenda infección.

Ese fin de semana ellos se quedaron con ella, la bañaron y me la trajeron limpiecita y con un plan de medicamentos de dos meses. Tenía que tomar dos antibióticos dos veces al día. Uno se acabó enseguida, pero el otro eran como 120 pastillas que se debía tomar para quedar completamente bien.

Comenzó su tratamiento sin ningún problema, pues todo lo que tenía que hacer era envolverle las pastillas en un pedacito de jamón y ella se las tragaba sin preguntar que había adentro. Dos veces al día sin fallar durante dos meses.

Al cabo de unos días, ya cuando sentía el ruidito que yo hacía al sacar las pastillas del pomito, levantaba la cabeza y se preparaba, porque sabía que venía el jamoncito. Eso me daba mucha gracia. Por supuesto, tenía que darles algo a Rolly y Dolly porque ellas también se acostumbraron a diferenciar que cuando sonaba el pomito de las pastillas, venía un “treat” para Belly.

Aquello de que “un mes o dos” había pasado a la historia. Belly se iba a quedar en casa todo el tiempo que fuera necesario. Ellos venían cada dos o tres semanas para llevársela a bañarla a su casa, porque eso si, nada de manguera. Belly no se dejaba bañar con la manguera, había que meterla en la bañera y la verdad es que suelta pelo como una loca, constantemente, y yo no la iba a meter en mi baño. Así que esa tarea se las dejé a ellos.
BELLY CRECE
Continuará...
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Wednesday, April 1, 2009

Belly... (continuación)


Rolly, Dolly y Belly

Después que acordamos que Belly se quedaría en casa hasta que ellos (los dueños) se mudaran a un lugar donde la pudieran tener (un par de meses, más o menos era el cálculo), la perrita se adueño del sofá que yo tengo en el patio y allí se acomodó y durmió toda la noche tras partirme el corazón con un rato de lamentos.

El tiempo estaba fresco y ella estaba bajo techo y durmiendo en un sofá, el sueño de cualquier perro. Pero ya para el día siguiente, me pareció un abuso de dejarla afuera toda la noche.

Igual que se adueñó del sofá, cuando entró a la casa Belly se adueñó de ella también.
Era aun muy dócil y fácil de manejar. Y además, no era muy inquieta. Se echaba a mis pies donde quiera que yo me sentaba. Y si estaba cocinando, ella se echaba también en el medio de la cocina, para estar cerca de mi.

Rolly y Dolly morían de celos y le ladraban y le fajaban cuando ella quería jugar con ellas. No le tenían miedo, le tenían odio. Ella era la que les tenía un poco de miedo a esas dos viejas peleonas.
Yo compartía el cariño con las tres, y las zanahorias, y las galletitas y otras chucherías de perro que les compraba.

Eso si, con Belly había que jugar. Ella agarraba su pelota o su hueso de goma y me lo traía para que jugara con ella. Si la ignoraba, comenzaba a correr por toda la casa y a lloriquear mordiendo la pelota para que el sonido de silbato que tenía me hiciera reaccionar. Tenía que salir al patio y tirarle la pelota unas veinte veces hasta que se cansara. Entonces entraba y se tiraba a dormir por un rato, roncando felizmente.

A partir de la segunda noche probé a dejarla dormir en el cuartito de Rolly y Dolly, con una cerquita puesta para que no se saliera de ahí por la noche y se acostara en el sofá del salón familiar. Para mi sorpresa, se quedó perfectamente sin intentar salir, aunque le sacaba una cabeza a la reja y con una patadita suave la podía tumbar.

Rolly y Dolly tienen una jaula grande donde van a dormir por la noche, aunque durante el día se la pasan en el salón familiar. Yo les pongo la cerca para evitar que pasen a la sala y de ahí suban a los cuartos, porque las dos son un par de frescas que al menor descuido suben y se encaraman en las camas. Y si están molestas porque no estoy en la casa, son capaces de dejarme “regalos” donde menos me imagino.

Belly también obedeció la cerca que separa la sala del “family room”y la cocina. Pero al yo salir sí tenía que dejarlas en el cuartito porque ella frescamente se encaramaba en el sofá del family a domir su siesta. Allí la sorprendí un par de veces que las dejé abajo mientras yo subía a cualquier cosa a los cuartos.
COAGULOS DE SANGRE EN EL ORINE DE BELLY

CONTINUARA.
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