Crónica Parte XII, La Iglesia

Camino al Altar

Después de tirar algunas fotos en el apartamento, bajamos todos para ir a la Iglesia.
Gracias a Dios, el elevador estaba funcionando ese día, (cosa rara porque se la pasa roto) y la novia pudo bajar sin acalorarse.

Yo por mi parte, agarré escaleras abajo como hacía todos los días, porque aunque he logrado controlar bastante mi fobia a los elevadores, aquel de casa de mi hermana me daba terror. Afortunadamente, las escaleras y la caminata hasta la iglesia me sirvieron de calentamiento para el maratón de baile que vino atrás.

El Nene se había llevado el Yaris y el Fiat Rojo, manejado por Lili, era el que llevaría a la novia con el Padre y la hermanita hasta la Iglesia del Carmen. Los demás tuvimos que salir a patiña.

A mi, que andaba muy graciosa encaramada en mis taconazos, me pareció una misión difícil, pero a la vez me gustó la idea porque salimos en procesión como si fuera una boda griega, Tata, Paola, Tommy, la misma Danay, Jimena, la vecinita y muy amiguita, y no me acuerdo quien más.

El carro de la novia se demoró un poco en salir y yo creo que fueron a dar una vuelta antes de llegar a la Iglesia para dar tiempo a que la gente se acomodara.

En la puerta de la Iglesia me encontré con familiares y amigos que no había podido ver todavía, así que la alegría fue grande al encontrarme con todos ellos.

Luego de unos cuantos abrazos y besos, llegó la novia y entonces abrimos paso para que ella bajara y fuimos entrando a la iglesia para darle paso a la corte nupcial.

Tata, Paola y yo ocupamos la primera fila (no cabía nadie mas, jeje). No, creo que Tere mi prima también se acomodó allí con nosotros y los demás se desperdigaron a su gusto por toda la iglesia.

En la puerta la novia se preparaba para hacer su entrada, precedida por los niñitos que iniciaban el desfile, la Chinitica y el sobrinito del Nene.

La única boda por la iglesia que yo recuerdo haber ido en Cuba, fue a la de no se quien que mi hermana fue la flowergirl y esto debe haber sido cuando yo tenía como tres años. Tengo un recuerdo vaguísimo de aquella vez, pero lo tengo.

Aquí he ido a muchas y la verdad, la de La China se parecía a cualquiera de las de aquí, incluyendo al cura español. Joder! ¿Es que todos los curas son españoles?

La Iglesia del Carmen es bien bonita. Todas las iglesias de Cuba son bonitas porque son antiguas. Aquí uno ve esas iglesias modernas que no parecen iglesias porque no tienen la construcción tradicional, la torre de la campana, los grandes vitrales, las techos decorados, en fin… aquí cualquiera monta una iglesia en el patio de su casa pero allá no. Allá son aquellas, las mismas de siempre…La Iglesia de Santa Rita en Miramar, La de Jesus de Miramar, la de San Antonio de Padua, la del Carmen, la Catedral de La Habana, la Iglesia de San Juan Bosco, La virgen del Camino…en fin, aquellas que uno recuerda aunque sea por nombre.

Quisiera haber querido captar la expresión de la cara del Nene cuando vio a la Chinería vestida de novia. Allí estaba él, esperándola, en compañía de su mamá y su best man, mientras ella caminaba hacia él, enlazada del brazo de su padre, para sellar con la bendición divina el compromiso que unas horas antes había legalizado en la notaría.
Comenzó la ceremonia. A pesar de la solemnidad del evento, mientras el padre Teodoro recitaba su letanía, poco de los asistentes prestaban atención .

Oye, qué trabajo nos cuesta cerrar el pico y poner atención cinco minutos a algo. Yo traté de hacerlo al principio y lo que noté es que no se entendía nada de lo que decía el cura, por lo tanto era fácil para la gente distraerse.

Yo sentía un leve murmullo y me parecía que el Padre también. No se si eran ideas mías pero me daba la impresión que él trataba de hablar más alto como para acallar el murmullito.

El fotógrafo y los del video tiraban flachazos constantemente. Yo me uní a ese grupo y cámara en mano hice mi propio video.

Algunos curiosos se asomaban por la puerta de la Iglesia que quedó abierta porque, como todas las iglesias tradicionales cubanas, no tenía aire acondicionado. Aunque si tenía unos ventiladores grandes en las esquinas que estaban apagados, me imagino por el ruido que meterían.

En calidad de fotógrafa tuve oportunidad de ver las caras a los novios mientras el padre les leía la cartilla matrimonial eclesiástica. La China sonreía con esa alegría propia de las novias felices. El Nene estaba un poco más contraído, me imagino que temiendo que se le fuera a olvidar algo de lo que tenía que decir. Los niños, que para entonces deberían estar sentados, estaban detras del altar muy entretenidos jugando y haciendo su propia bulla. Y yo tratando de tirar un buen video sin conseguirlo porque las luces que tenían los que tiraban el video profesional, no me dejaban ver bien a mi.

Al declaralos marido y mujer, los novios se besaron y echaron a andar hacia la puerta. En la puerta se enredaron con los familiares y amigos que los abrazaban felicitándolos.

Allí de nuevo tuve oportunidad de seguir abrazando yo a mi gente que no había podido ver, en lo que se iba despejando la cosa y organizando la partida para la recepción.

No tiramos arroz, joder…no hay que exagerar…pero si petalos de rosa…para que la vida les venga sedosa y con aromas de felicidad.

A continuación un pequeño video ilustrativo de lo que acabo de contarles.