Tuesday, March 20, 2012

En una isla desierta...Recuento de cumpleaños



No fuimos a celebrar
onosmáticos del mes
a una isla, que si la ves
te tienes que enamorar.
Puedes cincunnavegar-
la en minutos, es pequeña
pero es como la que sueña
cualquier humano tener,
más, si se siente correr,
por tus venas, sangre isleña.

Y llegamos navegando
en lindo yate, te digo,
perteneciente a un amigo
bueno, de Diana y Armando.
Del señor que estoy hablando,
Giovanni su nombre es,
y no es la primera vez
que nos regala un paseo,
de esa otra historia.yo creo,
mejor te cuento después.



El grupo además compuesto
por la Vivi y el Mayito
 
también Olguita Y Pepito
la Faty y yo, por supuesto.
Celebrando todo esto,
Alejandro y Estersita,
Además, Tere y Elsita
los esposos brasileños
Kevin, su niño  pequeño
y el sobrino de Dianita.

Con su máscara azabache
nos recibieron contentos,
pues traiamos alimentos,
la familia de mapaches.
Para que no hubiese escache
montamos guardia enseguida,
porque ya es cosa sabida
que un racoon, en cualquier parte
es muy hábil en el arte
de robarse la comida.

Pero, qué día tan hermoso!
Fue en el día de San Patricio
y no habia en el cielo indicio
de lluvia o algo oneroso,
El tiempo estaba sabroso,
azul el cielo y el mar,
Alejandro fue a pescar
sin mucho éxito. pero bueno,
Estando el mar tan sereno
era lógico intentar

La comida era abundante
carne buena para asar,
y mucho para picar
y ensalada acompañante,
 
vino y cerveza bastante
Y siempre con mucho acierto,
en aquel lugar desierto
con vegetación de parra
Pepe saco su guitarra
y asi comenzó el concierto.

"Ese es mi Pepe" cantó
al cielo, al  mar y a la luna
y el coro de "las Racunas"
sus notas acompañó.

El Mayo tambien tocó
su musica beatleriana,
Cantamos hasta una nana
para Kevin, muy bonita,
aquella Calabacita
que aprendimos en La Habana.


Nada podia ser mejor
que ese momento bendito,
respirando aquel humito
que salía del asador.
La carne tenía un sabor,
que no te puedo explicar
tan perfecta al paladar,
tan suave, tan bien ahumada,
sólo con un cuento de hada
se podia  esto comparar.

Y estando Leslie alabando
de un mapache la destreza
uno se subió en la mesa
y con algo salió echando.
Todos salimos gritando,
aunque no fue cosa extraña,
se llevó el bicho la entraña
que con nadie compartió
y gracias que nos dejó
el chorizo y la picaña.


Te cuento que en este punto
era tanta la alegría
que aun con esta fechoria
nos reimos del asunto.


Algunas fotos adjunto
y asi podrán apreciar,
lo que acabo de contar
y que tambien sean testigos
de que con buenos amigos
qué bien se suele pasar!
Fotos de Mario Garcia Montes 



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