Nuestra sociedad a ratos
con una furia se apea,
la de ahora, que marea,
es no comer carbohidratos.
Esto limita los platos
y cierta ansiedad provoca,
la gente se vuelve loca
con las ganas que le dan
pero ni un cacho de pan
puedes llevarte a la boca.
Aunque la cintura aprieta
y el bajar ya es un delirio
es un tremendo martirio
permanecer en la dieta,
porque el olfato se inquieta
y te causa una agonía
y corre una gota fría
por tu sudorosa frente
Cuando pasas de repente
Por una panadería.
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