Un tren sin baños suscita
revuelo con la presencia,
en un caso de emergencia,
de una plástica bolsita.
Quien lo aborde necesita
saber que no ha de tomar
agua, ni debe tragar
ningún alimento feo
que le provoque un deseo
imperioso de evacuar.
Ellos dicen que no es juego,
el tren se puede atascar
y si alguien quiere orinar
no ha de esperar para luego.
Yo, por si acaso, lo riego
aunque digan que doy cuerda,
si vas a Holanda recuerda
cuando pises un andén
no montarte, si es el tren
de las bolsitas de mierda.
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