Friday, June 27, 2008

Crónica del Viaje a Labana. Parte IX




Me equivoqué al pensar que el miércoles fue la boda civil de Patricita La China. Mi hermana me rectificó que fue el jueves y también me rectificó un detalle que yo había pasado por alto (¿como pude?) y es que la noche que yo manejé en La Habana, ella también estaba. Es que dejamos a Maritza en su casa y seguimos las tres para casa de Lili. Bueno, le dije que de ahora en adelante me comunico con ella antes de postear…porque dos memorias recuerdan más que una.

El miércoles fue el día que el Chino David, el padre de la Chinita, fue a la casa con la chinitica Alex. La chinitica Alex, y perdonen el trabalengua, es la otra hija de David, que es por supuesto china también.

Ese día Alina, amiga que Zulema, pasó por la casa a recoger un recado de Zule y también fue el día que la


China se nos apareció con una bolsa llena de maraquitas y palitos chinos y montó una fábrica para manufacturar el recuerdito que se iban a llevar los invitados a la boda, un souvenir que consistía en un par de maraquitas, representando la etnia criolla del Nene (cuyo alias no puede ser mar criollazo), enlazadas por una cinta blanca a un par de palitos chinos…representando you know what.

Estabamos en casa Maritza y Andy, Lili y Tommy, Tata, Paola y yo y David con la chinitica Alex. También pasaron Damian y Kaleb, par de pepillos amigos de la China y becarios de la casa, especialmente Damian que es ya parte de la familia y también vino Barbara, mamá de Damian y amiga de Tata y su hija Darlene.

Damian (Izq) La China y Kaleb


Bárbara y Darlene


Durante el proceso de manufacturación de los souvernirs de la boda, Lili asumió la comandancia, porque siempre que se reunen cuatro o cinco personas a hacer algo, todo el mundo quiere hacer lo que le da la gana, por lo tanto, le dimos el batch de JEFE a Lili y aunque nadie le hizo ningún caso, ella se tomó muy en serio su papel.

Algunos de los amigos que estan siguiendo esta crónica, me han dejado saber que no comprenden como es que no hago mención de otros recuerdos sobre nuestra adolescencia, cuando vivíamos en el edificio de 13 y N, cuyo balcón fue testigo que tantas reuniones, tantos carnavales presenciados desde alli, (en los que la gracia era tirar huevos a la gente que pasaba) tantos romanceos a la luz de la luna, envueltos en la brisa del mar que nos quedaba enfrente y tantísimos otros recuerdos porque aquel balcón tiene su historia.

Pero la crónica se trata de este viaje. Ya yo asimilé la pérdida de aquel apartamento y las dos veces que he visitado Cuba no he podido ir alli y además, si hubiese ido ya no me iba a recordar la casa donde yo viví porque tengo entendido que la han remodelado y cambiado toda, hasta el balcón lo cerraron. Pero además, esta no es la historia de mis recuerdos de Cuba, sino de este viaje, aunque realmente invito a todo el que quiera dejar algun recuerdo, que lo deje, porque siempre es bueno navegar por los recuerdos que tienen otros de los mismos hechos.

Foto del recuerdo de cortesia de uno de los pepillos de aquella epoca que visitaron repetidamente el balcón de los recuerdos. (Ramoncito, Alexis y Germán)


Yo tengo muchos recuerdos de aquel balcón, pero uno que me hace mucha gracia y no se si Tata se acuerda de esto, fue un día que vinieron los muchachos del grupo de Chicoy (Jorge y José Antonio Chicoy, Santoyo, Alberto Pérez quizá, bueno, un grupo grande y con ellos venía también un japonés que no se de donde lo sacaron, amigo de ellos de no se donde, y como en aquel balcón siempre había una guitarra a mano, el japonés agarró la guitarra, y todo el mundo muy ansioso por escucharlo y de pronto comenzó a tocar y cantar una melodía japonesa, con su característica cadencia de campanitas al aire (por lo menos a mí me suena asi) y nosotros nos mirábamos, aguantando la risa y yo no sé como no me oriné…porque a mi siempre me pasa.

En fin, los amigos son muchos, los recuerdos interminables, aquella casa de 13 y N no descansaba. Siempre había alguien trabándose en el elevador (como suele decir Mayito), siempre había varios muchachos en el balcón; la gente venía a ver los carnavales a mi casa, de tal modo que mi madre le pidió a Mayito que le hiciera una afiche, que todavía existe aunque Tata no me lo pudo encontrar, que decía “Los Carnavales son abajo” y tenía dibujada una negra carnavalera vestida de rumbera y con medias de malla o algo así, que a todos les pareció muy simpático pero nadie le hizo caso y siguieron viniendo a pasar los carnavales en el balcón de nosotros, con la venía de mi hermana y mía que nos pintábamos solas para armar reuniones.

(Esta historia hay que contarla sin muchas comas ni puntos, asi que perdonen, pero si me pongo académica se me escapan los recuerdos)

Volviéndo al miércoles, día 5to de mi visita a Labana, ese fue el día que se finalizaron los acuerdos con el local de la boda, se hicieron los souvenirs, y comimos pizza que compró el Chino.

Al día siguiente era la boda civil en la mañana, la boda por la iglesia en la tarde y la fiesta por la noche.

Continuará
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4 comments:

Anonymous said...

TU Y TUS AMIGAS DE CUBA , QUE LINDOS RECUERDOS, LA DEL LABEL QUE DICE JEFE ERA TU PAREJA.

Patricia said...

La verdad es que si esa fuera mi orientacion sexual, hubiese tratado de convertir a Lili.

Anonymous said...

SIEMPRE ME HAS DADO ESA PINTA.

Patricia said...

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