Cuando uno ve las barbaridades de las que son capaces los hombres en el nombre del Islam, le dan ganas también a uno de quemar las ideas que promueven semejante salvajismo. En estos momentos una mujer , Sakineh Ashtianí, está encarcelada, es torturada y aguarda una muerte despiadada por cometer el crimen de adulterio. Inicialmente la iban a lapidar, o sea, matar a pedradas. Pero cediendo a la presión de la opinión internacional ahora la piensan ahorcar. Ya le dieron 99 latigazos, para que se vaya acostumbrando al dolor y no creo que toda la presión del mundo pueda salvarla de la muerte, aunque debemos seguir insistiendo hasta el último instante.
Aun, condeno la quema del Coran, aunque sea tan solo por evitar que nuestras tropas en Afghanistan sufran las consecuencias de la represalia de los salvajes esos. Pero también condeno la quema del Coran porque condeno las quemas de todos los libros y sigo pensando que no todos los musulmanes merecen el odio de otras religiones y por esos otros condeno la quema del Corán, repito, idea del Pastor Terry Jones de la iglesia Dove World Outreach Center, de Gainsville, FL.
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